«No dije que la mujer es un objeto para el hombre. Muy por el contrario, dije que era algo con lo que nunca sabe arreglárselas. Jamás deja de meter la pata al abordar a cualquiera de ellas -o bien porque se engañó o bien porque era justamente esa la que le hacía falta. Pero jamás se percata de ello sino après-coup, retroactivamente.»
Jacques Lacan, en su Conferencia en Ginebra sobre el síntoma, pronunciada el 4 de octubre de 1975 en el Centro Raymond de Saussure.