SIN TÍTULO (1991). Félix González-Torres

Esta obra fue creada en 1991 por el artista cubano Félix González-Torres con motivo de la exposición de 1992, Projects 34: Félix González-Torres, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Instaló en diferentes lugares de Manhattan 24 vallas publicitarias que mostraban una fotografía de gran tamaño de la cama, recién utilizada y compartida con su pareja y amante, Ross Laycock, muerto un año antes a causa del SIDA. El 24, que es el número de fotografías, se relaciona también con la fecha de la muerte de su pareja. El artista moriría cinco años más tarde a causa de la misma enfermedad.

La fotografía presenta una cama doble, pulcra, con sábanas blancas. No sabemos si es la cama privada y cotidiana o una cama de un hotel. Las sábanas de algodón, aparentemente de calidad y arrugadas de modo natural y casi idéntico a ambos lados, reflejan el movimiento y el peso de los cuerpos que han reposado entre ellas. Los almohadones guardan la huella reciente de la presencia humana, el vacío o la oquedad que han dejado las cabezas. La cama se presenta como un texto o escritura corporal en el que las arrugas crean una orografía o paisaje rítmico. “Sábanas / sin nada más que algodón / pero con el poder absoluto / del juez”. Javier Codesal, Feliz humo.

La cama es un objeto cotidiano de una potente carga simbólica. Es un espacio, un lugar vinculado con lo onírico, los momentos de placer, de reflexión, los encuentros sexuales y amorosos. Un lugar de la máxima intimidad y también de la extrema vulnerabilidad y la enfermedad.

La fotografía representa lo ausente, es presencia de lo invisible, de lo que se ha perdido y ya no está nunca más. Basándose en que toda forma de representación presupone la ausencia física de su referente, remite a otras formas binarias o polares como son público-privado, centro-periferia, homosexual-heterosexual, hombre-mujer, visibilidad-invisibilidad.

La enfermedad supone un aislamiento o separación del ser humano con la sociedad y con lo público. Frente a la ocultación del sida como una enfermedad ligada a la condición homosexual, la cama publicitada se convierte en un espacio político entre lo público y lo privado, la libertad y la censura, la visibilidad y la invisibilidad.

Lo cuenta el propio artista: “Estamos hablando realmente sobre la propiedad privada porque ya no hay espacio privado. Nuestros deseos íntimos, sueños, están gobernados e interceptados por la esfera pública”.

Lo personal es político y debe ser visibilizado. Esta idea es la base del eslogan de los 70 “Out of the closets, into the streets!” (¡Fuera del armario, a la calle!). González-Torres expuso su intimidad a través de obras que son monumentos públicos, alegorías de la pérdida, la muerte, el luto y la ausencia y visibilizó la homosexualidad, lo que en 1991 suponía una acción provocadora, necesaria y crítica.

Los comentarios están cerrados.

Blog de WordPress.com.

Subir ↑