Guillermo Kuitca, pintor argentino, nieto de rusos judíos emigrados a Argentina, recupera el pasado reciente de Europa reproduciendo las calles y plazas de ciudades como Odessa, Praga o Zúrich, que atestiguan exilios históricos y momentos de dolor familiar y colectivo.
La instalación, formada por 52 colchones pintados con mapas, se sitúa en el cruce entre geografía y vida, memoria y territorio.
«Yo ví en la cama casi un vehículo con el cual moverme a través de las experiencias humanas y a través de mi obra, como si la cama tuviera alas o rueditas. […] no tiene ni una cosa ni otra, es un rectángulo con patitas, pero sí tiene potencial de moverse a través del tiempo y el espacio».
TALLER DE CARTAS DE AMOR 